viernes, 23 de septiembre de 2011

Domingo 11 de septiembre

Predicación Cerro de las Rosas.
Domingo 11 de septiembre de 2011. 13º de Pentecostés.


Texto: Mateo 15.21-28.
15:21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 
15:22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 
15:23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 
15:24 El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
15:25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 
15:26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.
15:27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 
15:28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.






El desafío de vivir lo de afuera, lo de lo adentro.


Decía Woody Allen, famoso actor y director norteamericano, hace años ya que, “hay fronteras que una vez traspuestas….no se vuelve más de las mismas. Una es la muerte, la otra, el ridículo”.
Si bien, la frase es sarcástica y llena del humor que lo caracteriza, es cierto que hay situaciones que, para la mayoría de nosotros parecen infranqueables, o bien, una vez traspuestas, daría la sensación que no tenemos retorno de las mismas.


El texto de este domingo, habla justamente de barreras (fronteras), de la osadía frente a esos límites, Jesús da a cada uno el lugar que merece. Esta mujer fue ejemplo para los discípulos que lejos de comprender el mensaje de Jesús actuaron en contra de él. Y la posibilidad cierta de afirmar que por sobre nuestra condición de criaturas de Dios, no hay nada por encima de ello (ni fronteras sociales, culturales o sexuales)


De allá lejos, fuera de nosotros (vers. 21-22). Hablar de Tiro y Sidón, es hablar de algo lejano para la comprensión de la mayoría de los judíos. Pensar en una época en dónde, la gente viajaba mayormente con su imaginación y tratando de reconstruir mentalmente los lugares que otros viajeros formulaban en sus narraciones.


No solo lejos, ajeno, extraño a lo que somos y decimos, podríamos argumentar. Y además, o para colmo, ¡mujer cananea! .Si en una época los emperadores romanos creían que su propio imperio era límite con todo lo que había en este mundo – y por ende preocupación de sus políticas de estado, nosotros desde una visión más amplia y no tan prejuiciosa (en teoría al menos) podemos decir que el Evangelio y las cuestiones que le ocupan, limitan con todo lo que hay en la condición humana (lo conocido y no conocido).
Ella, siendo “pagana”, casi como un perro es el límite para los discípulos de lo que no hay que cruzar, de lo que no hay que prestar mayor atención más que para defendernos de su constante osadía de hablar.
En todo caso, las fronteras que muchas veces imponemos a nuestro pensamiento y que nos resultan infranqueables, en el evangelio son desafíos a asumir. ¿Por qué? Porque el evangelio es una acción pedagógica permanente que justamente, más que reforzar la estructura aprendida, la somete a cambios permanentemente.


De lo otro, también se aprende (vers.23-26). Los límites que nosotros mismos creemos infranqueables, o al menos damos a entender que otros/as no deben traspasar, no siempre funcionan así.
De hecho, la realidad cotidiana te atraviesa con situaciones que traspasan tus límites todo el tiempo. El ejercicio cotidiano de formarnos con una estructura de pensamiento y de formas, se ve sometida a todo aquello que pasa alrededor nuestro. actitudes ajenas con las que hay que lidiar, pensamientos o acciones que te hacen necesariamente entrar en diálogo con lo otro, con los/as otros.


El evangelio no solo reafirma tu posibilidad de estar confiado y seguro en determinados parámetros; aunque parezca una paradoja, las enseñanzas de Jesús te van preparando para aquello que está fuera de tu alcance, para aquello que resulta “incontrolable” por así decirlo.
Los discípulos en este caso, como metáfora de la iglesia, no están dispuestos a ser traspuestos por las palabras de esta “mujer pagana” y más que funcionar como un agente de acercamiento, son los que dejan fuera lo que se vive como una amenaza a lo aprendido. De este modo, Las paredes de nuestras iglesias suelen ser muy sólidas, tanto que en ocasiones no nos dejan ver que hay detrás de ellas. Se yerguen como muro de contención cuando deberían se refugio para la meditación y el compartir la fe.


La osadía, lo que nos desafía (vers. 27-28) El es un varón, un Rabbí (maestro ilustrado), un judío; ella es mujer, probablemente ignorante de cuestiones religiosas y cananea. Ante el rechazo ella insiste dando vuelta el argumento de Jesús. Es como si dijera: “es verdad que soy un perro, pero hasta a los perros se les permite comer las sobras”. Luego Jesús cambia de parecer y exalta la fe de esta mujer.


¿Qué nos enseña este texto? Por un lado la importancia que daba Jesús a las mujeres. En su época eran muy relegadas, más que hoy, y él las estima. Por otro nos muestra que una mujer de aquellos tiempos también podía luchar por sus necesidades y clamar por su hija enferma. Ella no se amilanó ni respetó las licencias sociales que le impedían dirigirse a un varón. En este caso, Jesús que en el principio del texto asume lo que se esperaba de todo maestro judío, cambia la actitud, y junto con el cambio de actitud, reconoce en la insistencia sin límites de la mujer.
El evangelio sigue rescatando como enseñanza de vida, la importancia de todo ser humano como ser creado por Dios y por ende, con iguales condiciones de reclamar una vida justa y abundante para todos/as


Que sea este tiempo de la semana que empieza, momento en el cual podamos pensar y reflexionar cuáles son las estructuras que nos impiden hoy como iglesia, el acercamiento de otros y otras a la realidad de fe que Cristo ofrece. Y que en tu vida, el evangelio sea el “ariete” que abra tu pensamiento y actitudes hacia aquello que se te presenta como distinto y diferente. Amén.


P. Leonardo D. Félix
Septiembre de 2011. Córdoba

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