¿VIVIR? sin armas

            Como comunidades de fe de diferentes credos, reafirmamos los valores primordiales del respeto a la vida humana y de Paz. Estos valores son fortalecidos por el diálogo y el trabajo conjunto de las distintas religiones y credos.

            Somos testigos de que la violencia destruye vidas, familias, lazos comunitarios y socava el desarrollo; y que si bien la violencia tiene múltiples causas, la proliferación y disponibilidad de armas de fuego puede agravarla y facilitarla. En razón de lo cual, las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud recomiendan a los países llevar acciones para limitar dicha proliferación.
           Consideramos de suma importancia que todos los gobiernos lleven adelante acciones integrales para la prevención de la violencia en todas sus formas, y el fortalecimiento de una convivencia pacífica, promoviendo la resolución de conflictos a través del respeto, la tolerancia y el diálogo, y que deben evitar caer en situaciones que puedan provocar dicha violencia. Insistimos también en que la búsqueda de la paz está íntimamente asociada a la justicia. Creemos que la convivencia pacífica no es más que un sueño cuando en una sociedad se vulneran los derechos básicos de las personas en cuanto al acceso a la justicia, educación, salud, vivienda y trabajo.
          Destacamos que el Plan de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego -y su destrucción- que se llevará nuevamente a cabo en todo el país a partir de Marzo de 2011, es una importante iniciativa que contribuye a la prevención de la violencia, a disminuir la proliferación de un instrumento que puede provocarla o agravar sus efectos. Por otra parte somos conscientes de que debemos estar atentos a la utilización de otros elementos para atentar contra la vida e integridad de las personas como armas blancas o armas de fabricación casera.
          En ese sentido, tanto las religiones y credos, como otras organizaciones comunitarias y cada persona en particular, debemos ser concientes de que somos responsables de la vida de nuestros hermanos. Por eso ratificamos lo que se resaltó en Bogota en el 2009 como resultado de un encuentro interreligioso latinoamericano en una Declaración en la que se reflexionaba sobre los problemas del comercio y el uso de armas de fuego y la criminalidad, y en la que los firmantes se comprometieron a motivar a sus respetivos organismos a profundizar su compromiso a favor de la Paz, a superar toda forma de violencia y a elevar el nivel de conciencia de sus comunidades respecto del riego que representa el uso de las armas, para la vida humana y el desarrollo de los pueblos.
           Reafirmamos lo subrayado en la Declaración Interreligiosa del 17 de Abril de 2005 en Buenos Aires: que Dios nos exige que actuemos mancomunadamente para erradicar el flagelo de la violencia, y se afirmó que la Paz –si bien es un don que proviene de Dios- es tarea de cada uno construirla en la vida diaria en actos concretos de reconciliación y justicia.

Adhiere: Iglesia Evangélica Metodista Argentina