Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
-Lucas 23.34 (RVR)
Los jóvenes de nuestra iglesia estaban dramatizando algunos relatos de la Semana Santa en nuestro servicio de Viernes Santo. Mi hijo había sido escogido para representar a Jesús. Observaba el acto del juicio, el castigo de los latigazos, el peso de la cruz, las caídas y la tortura de la crucifixión y la muerte de Cristo. Al observar a mi hijo soportar este sufrimiento, aunque era una representación teatral, me puse a llorar.
Este era mi hijo, ¡Yo lo amo! Tengo muchos amigos queridos, pero no le hubiera pedido a mi hijo que resistiera esta tortura por ninguno de ellos. Pero Dios lo hizo. Y Jesús sufrió. Comprendí que tanto el Dios Padre como el Dios Hijo soportaron un inmenso dolor ese día.
La Biblia nos enseña que Jesús aceptó este sufrimiento. Su misericordia y sacrificio alcanza a cada pecador, cada santo, cada criminal, cada modelo, cada abusador, cada abusado y a mí. El amor de Dios por nosotros/as y su deseo de reconciliarnos es así de poderoso. ¿Es posible no adorar tal Amor?
Sr. Ken Franklin (Michigan, EUA)
Oración: Maravilloso Padre, eres merecedor de toda la gloria. Has sufrido enormemente por nosotros. Nos ofrecemos para ser transformados por tu amor.
Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
La familia de Dios incluye a toda persona por quien Jesús murió.
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